martes, 6 de noviembre de 2007

Los 80 en Santander

Santander y la movida
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El que la música va unida a nuestra vida, es algo conocido y reconocido por muchas personas. Es algo inevitable de desligar, es el nexo que te permite mantener vivo en muchos casos ese recuerdo, del carácter que sea.
Hay muchas otras cosas que te ayudan a recordar tu vida, a no olvidar algo o , a alguien pero, la música tiene otra distinta percepción, otra adaptabilidad , facilidad de fijación en nuestra memoria.
Así, aunque en muchos casos no sepamos la letra siquiera, siempre somos capaces de tararear alguna nota de aquella canción, aquella sintonía , que nos traen aquel momento.
La época más viva que tengo por muchas circunstancias, unida a muchos recuerdos distintos, son los años que viví en Santander. Es fundamental para ello, el pensar que , me marché allí con 22 años, dejando a mi familia en Murcia; la independencia vamos. Pronto empezamos a reunirnos un grupo de amigas, y a disfrutar aquellos años de forma espectacular para nosotras; trabajábamos, disfrutábamos de la playa, la montaña, la nieve; bailábamos hasta quedar exhaustas, y exprimíamos la noche y el día de la ciudad al máximo.
Por aquellos años, hablo de los 80 , salió al mercado el CD, y aquello si que fué algo revolucionario para los poseedores de tanta música en cintas de cassette y en vinilo. Aunque , nos daba igual, entonces, lo que queríamos era escuchar música y disfrutarla. Bailábamos incansables la música de Mecano, cuyo Maquillaje era algo más que simbólico; Alaska (entonces , con Los Pegamoides ), que con Bailando , nos ponía ya en marcha total; Hombres G, y su Devuelvemé a mi chica, que siempre encontraba destinatario.Y tantas otras cantadas, gritadas, requetebailadas hasta la saciedad en la discoteca, Amarras la que más nos gustaba.
Los años de la Movida, esos fueron, aunque no éramos muy conscientes de todo cuánto iban a significar, sí que supimos sacarles todo el jugo, más aún. Eran años con música española, y también de más allá. Horas y horas, y miles de situaciones, vividas con Bruce Springteen, cuyo Dancing In The Dark, no sé cómo sobrevivió dentro de la cinta en el radiocasette de mi R-5; claro, el coche que tocaba tener, o que podías ,mejor; que por cierto , duró 18 años, menudo record mi pequeñin .
Son tantas y tantas canciones de toda una vida, pero tantas y tantas cocretamente de esos años, que además ,luego se han reeditado, mezclado y repetido hasta la saciedad; incluso valorado más que en su momento, aunque , no por nosotras; sí que las valoramos, ya lo creo, y sobre todo, sí que las vivimos. Maravillosos años es poco, desde luego.Y si la música sigue estando, las amigas-os igual.Sólo uno ya no está ,se nos fué.
Ahora, igual, la música siempre presente. Y entre las que más me gustan de toda la vida, m
i adorado Frank Sinatra, de quién selecciono una ahora, New York,New York.
Música y recuerdos, música y vida.





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