Algo muy distinto hasta hace poco tiempo, pero, cuándo menos lo esperaba , llegó la mano amiga, y todo cambió. Sin grandes acciones por medio, sin haber puesto nada nuevo en él , pues todo estaba dentro de sí mismo, pero tan apagado ya, tan oculto que ya creía que se había acabado. De ninguna manera esperaba que , aquellas hogueras que existieron altas y brillantes, pudieran animarse de nuevo. Todo estaba en él, y , tan sólo lo había olvidado, casi lo había apagado, había dejado que el fuego que siempre había estado con él, fuese tapado y no sólo por él, sino por quién creía que le ayudaría a mantenerlo vivo.
A ella se lo debía todo. Ella era, alguien a quién no conocía en realidad, tan sólo por alguna foto, y eso era lo más sorprendente para él. Cómo , alguien que no había llegado a estar con él jamás en persona, hubiera llegado a convertirse en su auténtica salvación. Pues así se encontraba cuándo la encontró: más alguien muerto, dentro de un cuerpo vivo; más una sombra que un ser real. Pero, ocurrió , sin grandes acciones , ocurrió.
Ella tenía una cadena de librerias, EFOC, él, amante absoluto de los libros al igual que ella, contactó por un determinado autor, por algunos libros en concreto y ese fue el principio. El empezó pidiéndole datos, y ella contestó, muy amablemente para su sorpresa. Nuevos correos a través del ordenador, sobre un tema hoy, sobre otro mañana, y poco a poco, sin saber realmente cómo, ambos se encontraron hablando un dia, y al siguiente ,y más de una vez en el mismo dia y, se dieron cuenta de que les gustaba el encontrarse a través de la pantalla; les gustaba cambiar opiniones sobre el tema que fuera, más o menos trascendental; sobre asuntos más de andar por casa o sobre temas de gran complejidad. De lo humano, de lo divino; de lo nacional, de cualquier lugar, de lo que fuese. Y, fué naciendo una cierta complicidad entre ellos, de tal manera que , ambos escribían casi al unísono, lo que el otro iba a contestar sobre algo. No coincidían en todo, ni tampoco discrepaban ; era un intercambio de argumentos, en los que se enzarzaban a veces horas y horas, y no veían el momento de parar. Ella, quizá más que él, pues estaba menos acostumbrada a estar a altas horas de la noche, al contrario que él, que había tenido temporadas en las que , mantenerse despierto toda la noche, era lo habitual.
Lo que a él tanto le había ayudado, y por lo que no perdía ocasión de agradecérselo, era, en realidad, algo muy simple. Tanto, que a veces no podía sentir un escalofrío, pensando en que ella, no existiera y fuera algo impuesto por su imaginación, pero no, ella existía realmente. Y lo que hacía era algo sencillo, pero con la inmensa grandeza de eso. Había empezado prestándole ayuda en lo que él le pedía, y después comprendió que algo más había tras aquellas letras que iban apareciendo en su pantalla, y entendió. Entendió que era alguien que necesitaba una ayuda que ella podía prestar, y que además quería . Y, no porque fuera una especie de samaritana ayudando a desconocidos , ella también se empezó a sentir cómoda hablando con aquel a quién no conocía. Y eso era lo que él tanto valoraba. El que alguien tuviera interés en hablar una y otra vez, nada más que eso, y tanto a la vez. Lo que él necesitaba para volver a ser alguien con vida realmente , era el notar que era escuchado, atendido, tenido en cuenta cómo persona, valorado incluso. Y poco a poco, lentamente, pero sin volverse hacia atrás ya, él consiguió ir sacando lo que tenía, reanimando su carácter, despertando sus sentidos, sus sensaciones , su interés por tantas cosas que en un tiempo le fascinaron. Así, simplemente, tan sólo , sintiéndose si no especial, si alguien que era de nuevo una persona.
Y el sol estaba de nuevo saliendo, no sólo en la calle. El estaba volviendo a notar su mente, su cuerpo , en plenitud. Estaba feliz, y sabía que todo se lo debía a ella, de quién pensaba que era, estaba siendo, la llave que había vuelto a arrancar el motor de su vida. Y jamás tendría bastantes palabras para agradecérselo, aunque ella continuamente negaba todo mérito, él sabia que no era verdad, ya que , si ella no hubiera aparecido aquél dia, en la pantalla del ordenador, él seguiría siendo una tenue sombra, cada vez más tenue. Pero, ahi estaba su amiga ,afortunadamente, ahí estaba.
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