jueves, 11 de octubre de 2007

Amistad

Estos dias está realmente pletórico, sintiéndose cómo hacía mucho tiempo no se encontraba. Hasta se ve físicamente con mejor aspecto, y es que no puede , mejor aún, no quiere que pase un momento sin que se deje traslucir nada más de él, que un absoluto bienestar. Es una actitud la suya proveniente de una satisfacción inmensa, y sabe muy bien de dónde viene,
Algo muy distinto hasta hace poco tiempo, pero, cuándo menos lo esperaba , llegó la mano amiga, y todo cambió. Sin grandes acciones por medio, sin haber puesto nada nuevo en él , pues todo estaba dentro de sí mismo, pero tan apagado ya, tan oculto que ya creía que se había acabado. De ninguna manera esperaba que , aquellas hogueras que existieron altas y brillantes, pudieran animarse de nuevo. Todo estaba en él, y , tan sólo lo había olvidado, casi lo había apagado, había dejado que el fuego que siempre había estado con él, fuese tapado y no sólo por él, sino por quién creía que le ayudaría a mantenerlo vivo.
A ella se lo debía todo. Ella era, alguien a quién no conocía en realidad, tan sólo por alguna foto, y eso era lo más sorprendente para él. Cómo , alguien que no había llegado a estar con él jamás en persona, hubiera llegado a convertirse en su auténtica salvación. Pues así se encontraba cuándo la encontró: más alguien muerto, dentro de un cuerpo vivo; más una sombra que un ser real. Pero, ocurrió , sin grandes acciones , ocurrió.
Ella tenía una cadena de librerias, EFOC, él, amante absoluto de los libros al igual que ella, contactó por un determinado autor, por algunos libros en concreto y ese fue el principio. El empezó pidiéndole datos, y ella contestó, muy amablemente para su sorpresa. Nuevos correos a través del ordenador, sobre un tema hoy, sobre otro mañana, y poco a poco, sin saber realmente cómo, ambos se encontraron hablando un dia, y al siguiente ,y más de una vez en el mismo dia y, se dieron cuenta de que les gustaba el encontrarse a través de la pantalla; les gustaba cambiar opiniones sobre el tema que fuera, más o menos trascendental; sobre asuntos más de andar por casa o sobre temas de gran complejidad. De lo humano, de lo divino; de lo nacional, de cualquier lugar, de lo que fuese. Y, fué naciendo una cierta complicidad entre ellos, de tal manera que , ambos escribían casi al unísono, lo que el otro iba a contestar sobre algo. No coincidían en todo, ni tampoco discrepaban ; era un intercambio de argumentos, en los que se enzarzaban a veces horas y horas, y no veían el momento de parar. Ella, quizá más que él, pues estaba menos acostumbrada a estar a altas horas de la noche, al contrario que él, que había tenido temporadas en las que , mantenerse despierto toda la noche, era lo habitual.
Lo que a él tanto le había ayudado, y por lo que no perdía ocasión de agradecérselo, era, en realidad, algo muy simple. Tanto, que a veces no podía sentir un escalofrío, pensando en que ella, no existiera y fuera algo impuesto por su imaginación, pero no, ella existía realmente. Y lo que hacía era algo sencillo, pero con la inmensa grandeza de eso. Había empezado prestándole ayuda en lo que él le pedía, y después comprendió que algo más había tras aquellas letras que iban apareciendo en su pantalla, y entendió. Entendió que era alguien que necesitaba una ayuda que ella podía prestar, y que además quería . Y, no porque fuera una especie de samaritana ayudando a desconocidos , ella también se empezó a sentir cómoda hablando con aquel a quién no conocía. Y eso era lo que él tanto valoraba. El que alguien tuviera interés en hablar una y otra vez, nada más que eso, y tanto a la vez. Lo que él necesitaba para volver a ser alguien con vida realmente , era el notar que era escuchado, atendido, tenido en cuenta cómo persona, valorado incluso. Y poco a poco, lentamente, pero sin volverse hacia atrás ya, él consiguió ir sacando lo que tenía, reanimando su carácter, despertando sus sentidos, sus sensaciones , su interés por tantas cosas que en un tiempo le fascinaron. Así, simplemente, tan sólo , sintiéndose si no especial, si alguien que era de nuevo una persona.
Y el sol estaba de nuevo saliendo, no sólo en la calle. El estaba volviendo a notar su mente, su cuerpo , en plenitud. Estaba feliz, y sabía que todo se lo debía a ella, de quién pensaba que era, estaba siendo, la llave que había vuelto a arrancar el motor de su vida. Y jamás tendría bastantes palabras para agradecérselo, aunque ella continuamente negaba todo mérito, él sabia que no era verdad, ya que , si ella no hubiera aparecido aquél dia, en la pantalla del ordenador, él seguiría siendo una tenue sombra, cada vez más tenue. Pero, ahi estaba su amiga ,afortunadamente, ahí estaba.

Gerberas
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