Un atardecer da para mucho a veces. Esa tarde, la de este Sábado 11 de Septiembre, ya veía que iba a ser de ellas. Del azul cielo y la blanca nube se pasó a dorados y rojos; hilos de violeta,lila y rosa; algodones de variaciones de esos y azules y más rojos. Así los minutos que precedían a la puesta de sol iban llenando el cielo, llamativos y chillones,y cómo llegaron se fueron ,rápidamente,perdiéndose entre las ramas de los limoneros, naranjos ,olivos; y poco más tarde ,llegó ella, a medias aún ya que está creciendo pero brilla con ganas,y se hace notar. Cuándo ya estaban los colores mezclados y apagados ya ,entonces ,es cuándo la vimos entre esos mismos olivos, naranjos,limoneros. En una tarde de Septiembre, un día 11.Una coincidencia.
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