sábado, 27 de marzo de 2010

Viernes de Dolores en Rincón de Seca



Y se cumplió sin problemas con lo habitual en este día,en mi familia; y en mi pueblo finalmente.
Un día con algo de nubes pero templado, nos decía que la procesión podría salir sin problemas.Y ya durante el día, todo fue marcando su ritmo anual.
En casa de mi madre, toda ella estaba llena de lo necesario; túnicas,capas,guantes,y todos los demás elementos, multiplicados por ocho; todos los que de la casa salían. El color morado y el amarillo lo ocupaban todo, junto con los necesarios toques en blanco. Ya sólo faltaban ellos, los que iban a llevar todo ésto.
Ademas, había que preparar todos los obsequios que se darían esa noche; los caramelos , mezclas de colores y sabores,destacando las tradicionales pastillas con versos para leer y sonreir a veces mientras lo saboreas; las monas, los huevos duros; todo ello,ya lo tenía allí mi madre, y lo dejamos ordenadamente dispuestos,para colocarselos a todos cuándo salieran.
Entre llamadas continuas de teléfono ya que la matriarca celebraba su santo, llegó la hora de la comida; Viernes, Cuaresma, así que no se comía carne; ensaladillas, empanadillas, albóndigas de bacalao; todo sin variar, cómo siempre fué ahí. Y todo ,igualmente, de maravilla.
Y llegado el momento de ir vistiendo a todos,cómo siempre también, los que llegan con tiempo ,se visten sin problemas, pero la mayoría llega tarde, olvidando alguna de las cosas que debían traer. Todos a la vez casi vistiéndose, colocándo mi madre y yo las ropas, comprobando que todo quede en su sitio; que esté bien sujeta esa túnica, no se vayan a caer los caramelos; ajustaté ese gorro,no ,ese no es el tuyo; ataté bien las esparteñas, no vayan a soltarse mientras llevas el paso; esas medias, derechas; y etc,et
Pero en ese caos, por fin llega el momento final. Todos, los ocho,desde adultos a niños ,están dispuestos. Fotos de rigor en la puerta, en la noche templada y con olor a mil flores.Y al pueblo, va a salir la procesión
Y entre música de banda, arboleo (toque alegre) de campanas, ya salen a la calle. Y con calma, despacio ,ya que van llevándolas a los hombros, todas las imágenes van recorriendo el pequeño pueblo huertano,pasando a veces por calles que tienen a un lado y otro bancales llenos de color y olor primaveral. Y la luna, creciente, que llenará la Semana Santa, cómo siempre también.
Al llegar por fin de vuelta a la iglesia, una saeta desde un balcón, ante los cuatro pasos ,descansando antes del definitivo retorno .Las gentes callan, aunque les cuesta.La voz lo llena todo y los aplausos la premian.Al acabar ,los pasos siempre con dificultad,y con la fuerza sólo de los brazos de quienes les han llevado por Rincón de Seca, ocupan su lugar en el templo. Y un año más, todo ha ido sin problemas. Un Viernes de Dolores más, en mi casa, en mi pueblo, todo ha salido perfecto

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