miércoles, 20 de mayo de 2009
Rostro de piedra
Cuándo ayer veía un informativo y escuché a un señor apellidado Trillo, creí que había llegado el momento en que, éste señor, había por fin tenído un instante de lucidez y que presentaba su dimisión . Hacía pocos minutos que se había dado a conocer la sentencia sobre el accidente del Yak y, algunos militares quedaban cómo culpables de cuánto ocurrió con las identificaciones de algunos cadáveres de otros militares que iban en aquel vuelo. La sentencia se queda corta, demasiado para mí. El que estas personas hicieran aquello , no podía salir con tan poco castigo. Pero, que quién era ministro de Defensa entonces, quién, se ha dicho que no tiene responsabilidad en todo ésto, no debería estar ahí, aún en la vida política , sin más.
No sé si la tuvo o no, quién juzga sabrá y por ello lo han dictaminado así. El que este señor siga aún ahí, que no tuviera hace seis años el necesario coraje para dimitir en un país en quién apenas nadie lo hace. Con todas aquellas vidas a sus espaldas, tenga o no esa dichosa responsabilidad política, tiene sin duda la otra, la moral, la ética, la del honor esté eso dónde esté ahora para muchos. Hoy me ha sorprendido verle ahí de nuevo, hablando de lo bien que ha hecho las cosas y lo mál que se han portado con él. Y me ha parecido de nuevo ver cómo tantas y tantas veces que, este señor ,una vez más se reía de todo y todos . Aunque, en ese momento, al pobre, se le veía muy enfadado, hasta dolido ,sintiéndose víctima, él. Y no, no dimitió.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario