Hace un mes pedí la cita y ahí llegaba a última hora de la mañana, con mil grados de temperatura en la calle para acompañar a mi hija , menor de edad a cumplimentar el tema. Renovar DNI, y hacer pasaporte. Muchas personas esperando, los ordenadores que se colgaban, una no muy grande habitación, personas con cita y otras ,muchas más, sin pasar por eso, (¿pedir cita?, !ni que fuera cómo ir al médico! ). Los ánimos se iban caldeando casi para nivelar la temperatura con la de la calle, y casi lo consiguen ya que, según se iba acercando la hora de cierre, los de la calle que no sé cómo aún seguían vivos, abrían la puerta y así la dejaban, ya que no cabían, pero tampoco querían quedarse sin su trámite. Y ya tenemos el tema completo. La funcionaria explicaba incansable que sin la cita no se garantizaba el poderlo hacer; seguían sin funcionar a su ritmo las maquinitas y todo lento. Aumento de protestas, aumento de explicaciones, peticiones de orden y silencio continuas. Aunque ahí juegan con ventaja, ya que , inmediatamente, aparecía el policía nacional y hasta los niños se callaban.
Aquí no se lleva aún muy bien esto de pedir citas. Ya ha costado mucho el hacerlo para la sanidad, y no hay forma de que mucha gente pierda la nefasta costumbre de llegar al sitio y quedarse horas esperando a ver si cuela y se ahorran el mes de espera. O más. Lo más llamativo es que suele ser gente mayor, que no tienen más que hacer y tan panchos haciendo esa cola, eso sí, protestando los que más si se va atrasando y creen que no saldrán de allí con su renovación hecha. También se ve mucho en más franjas de edad y eso sí que es lamentable.
Y eso que , el hacer una cola, tampoco entra demasiado en la idea de mucha gente. Así, que ni pedir citas, ni esperar colas, lo suyo en muchos, llegar y querer llevarse lo que buscan . País éste.
2 comentarios:
Yo fui hace un par de meses a renovar el de mi hija. Llevábamos cita y no sé si se podía hacer sin cita. De todos modos no había mucha gente. Tardamos 20 minutos escasos. Fue muy rápido.
Supongo también que la proximidad de las vacaciones hace que se acumule más gente.
Sobre lo de las colas y las citas: las costumbres de la gente son muy difíciles de cambiar algunas veces. Aquí hace más de 10 años qeu se puede pedir la bombona de butano por teléfono. Te la traen y no tienes que estar pendiente. De todos modos, la gente tiene la costumbre de pedirla al camión de reparto y ahí tienes que, por muchos años que hayan pasado, cuando llega el camión del butano se pone a zarandear las bombonas unas con otras para avisar a los respetables continuadores de la tradición.
Este país, igual.
Tienes mucha razón. Y encima siempre protestan los que menos deben hacerlo.
Un humorista canario, Manolo Vieira, tiene un sketch sobre la seguridad social que es la pura realidad. Se encuentran dos mujeres en el Centro de Salud y le dice una a la otra: ¡Cuanto tiempo sin verte por aquí! y le dice Es que he estado enferma y no he podido venir...
Como dices tú, hiciste una heroicidad. Abrazos
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