miércoles, 1 de julio de 2009

Las alegrías en la Sanidad

Y llevando tantos años aún me sigue sorprendiendo; y sienta mal, muy mal. Diría que hace daño siempre, aunque lo intentemos llevar lo mejor posible, y esto no es fácil siempre. No sé en cuántos trabajos ocurrirá algo así. Muchas personas llegan a ser atendidas a la sanidad pública diariamente, y doy fe que es cierto, en un centro grande o pequeño, da igual, algún elemento negativo hay, que cuándo se encarna en un mal trato personal, es inexcusable, cualquiera de nosotros reniega de estos individuos nefastos. Pero no es así lo normal. Lo que sí es lo normal, lo que llevo viendo durante muchos años es ,que se quiere hacer bien un trabajo, y punto. Hay muchos cabos por atar continuamente, pero se van cumpliendo los pasos y todo funciona. Trabajamos con personas , pero también con mucho aparataje, burocracia, miles de elementos; alguna vez hay un imponderable, por todo ésto mismo y surgen problemas . Nos cuesta entender a veces por qué, pero , es inevitable y sobre todo en hospitales, en centros de un buen tamaño, de mucho movimiento.
Adónde me lleva todo esto, es a seguir viendo una y otra vez lo mismo. Que hay personas con las que se puede mantener una relación normal en cuánto a pregunta-respuesta; hablar y escuchar, algo básico. Y luego están los otros, los que continua e incansablemente siguen ahí, lesivos cómo ellos sólos. Aquellos que creen que no tienen personas enfrente, trabajando ,sino que son algo a lo que se puede, se debe pisar a la mínima variación de su previsto esquema. Aquellos que, llegan y creen que, cómo sería lo ideal, serán atendidos rápida y completamente. Y que sueltan sin pudor alguno sus peores palabras, gestos , agresividad de todo tipo. Se apoyan en sus recurrentes frases, oidas una y mil veces ,insultantes de un grado u otro. El enfermo llega al hospital, y no soporta en muchos casos la espera por ejemplo. Los retrasos les alteran a muchos , llegando a perder todo punto de sentido del respeto. Es comprensible para nosotros, cómo no vamos a entenderlo. Pero jamás, el que nos vejen de esas formas vistas y sufridas una y otra y otra vez.
Cómo no entender la situación en general de un enfermo, de su familia, siendo enfermera, sería un enorme despropósito pensar eso y en cambio, hay quién cree que estamos allí para pasear un uniforme, y para hacer vida social nada más. Que pueden pisarnos cuándo y cuánto quieran, porque dicen que pagan sus impuestos, su Seguridad Social. Cómo todos, y no todos vamos pisando a la gente al mínimo retraso o alteración en el orden previsto. Pero a nosotros sí, es algo así cómo un deporte nacional. Y estoy muy hasta las narices, ya son demasiado años aguantando que cualquier maleducado crea que puede , que debe sin más, llegar mordiendo, que debe hacerlo a la mínima .

Muescas

Afortunadamente, no es la mayoría, o, esto no habría quién pudiera seguir aguantándolo. Y ya son treinta años .

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