Un tío mío,de la parte Gracia de la familia nos invitó a comer en su pueblo;allí fuímos con mapa una buena parte de los llamados;con mapa porque aún siendo lugar conocido,hace mucho que no voy por el Campo de Cartagena y más ,lo que ha crecido aquello,irreconocible.Pero lo conseguimos y a la mesa andábamos más de treinta,desde seis o siete años el más pequeño hasta los 96 que había cumplido la más veterana de la reunión hacía muy pocos días,y que tuvo un canto de cumpleaños con múltiples tonos de voz a su alrededor .Mis hijos andaban felices,mis sobrinas,los de mis primos;aunque no estamos lejos en absoluto,pocas veces habíamos tenido ocasión de reunirnos y lo primero que les pareció a toda esta parte joven de los reunidos fue ,lo que iba a subir el número de sus contactos en sus tuentiredes,que es lo que sí ,les unió y reunió intensamente a todos.
Aperitivos,comida,bebidas refrescantes y jarras amarillas llegaban a la mesa y desaparecían pronto.Momentos llenos de risas y alegría,de recuerdos también compartidos los que sí nos habíamos visto con frecuencia en otras etapas;recuerdos también hacia los que no estaban ,eso siempre.Bromas y confidencias,y fotos ,muchas,eso es cosa mía siempre.Hasta en las paredes del local me sorprendí mirando obras de Elliot Herwitt,así cómo de otros fotógrafos americanos ,me encantó aquello.
Una larga,muy larga comida en fin;en un Domingo de verano,unas horas con la familia que nos dejan un recuerdo dulce,agradable.Es la familia,y lo que eso vale.
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