lunes, 31 de marzo de 2008

Más cosas inesperadas

Desde el Puente Viejo,3
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Por fin, tras desear tanto su llegada, llegaba a la puerta de los Institutos un autobús con estudiantes. Allí, llegaba una preciosa jovencita, que iba a compartir nuestra vida por unos pocos días. Mi hijo, había estado en su casa, en USA, y ahora se completaba la segunda parte del intercambio. Ella ya estaba aquí, tan contenta cómo el resto de los estudiantes. Habían llegado de su país el Viernes, permaneciendo en Madrid durante esa tarde; Sábado , hacia Granada , y Domingo en la noche, la de las elecciones generales, llegaban a Murcia.
Llegaban muy alegres, tanto cómo quienes les esperábamos y sobre todo, nuestros hijos, los cuáles ya les conocían y por tanto con más ganas les esperaban. Pero, no imaginábamos nada de lo que vino después.
La mañana siguiente, me avisaron del Instituto, para que fuera a recogerla. Una vistosa urticaria, vistosa y muy molesta claro, aparecía por algunas zonas de su cuerpo, así cómo otras aparecían notablemente hinchadas.Siguieron visitas al hospital, a especialistas en el tema, días de incertidumbre ante su mal que no grave estado, y días en los que todos sufríamos. La primera ella por supuesto; su madre a miles de kilómetros, profesores de uno y otro país,absolutamente interesados en la situación, junto con el desarrollo de esos días con el resto de alumnos. Y nosotros, intentando atenderla al mil por mil, haciéndonos cargo de la situación y pensando en todo y en todos, de la manera mejor que supimos .
Pasaban los días, y mientras seguían las actividades previstas, nuestra enfermita, seguía atiborrada de medicación y mejorando por suerte, hasta que a mediados de la semana ,aún con notables señales, pero animada, decidió intentar incorporarse al grupo, y poco a poco, todo fue volviendo a la normalidad , a lo que siempre habíamos imaginado que serían esos días.
Siguieron unos días en los que todos, ella incluída, ya recuperada aunque siguiendo con la medicación, disfrutaron intensamente. Jóvenes de uno y otro país, de distintos continentes, pero unidos por un interés común. Estar juntos, en un país para aquellos de tan diferentes costumbres y cultura, pero , en dónde sin problema alguno , supieron integrarse durante ese poco tiempo; además, si consideramos que , parte de esos días, transcurrieron en Semana Santa , con lo que es eso en España, y muy notablemente, aquí en Murcia.
Todos querían sobre todo, estar juntos, recalcaban eso una y otra vez, y eso hicieron. Así, cuándo llegó el momento del adiós, una hora tarde salió el autobús que les llevaría de nuevo a Madrid, de dónde volverían a su casa. Nadie quería subir a él, ni los españoles que lo hicieran. Abrazos, llantos, y eso, general. Alumnos, padres, todos. Unos días, que por muchos motivos, ninguno, y me incluyo por supuesto, ninguno de los implicados en todo este intercambio, olvidaremos jamás.









7 comentarios:

Javier dijo...

Bonita experiencia, es lo que he oído comentar, que suelen ser buenos chavales y que se les llega a coger cariño, lo de la urticaria sería para que no os aburrieráis.

Un abrazo

Catalina Gracia Saavedra dijo...

Excelente sí que llegó a serlo. Muchas anécdotas para recordar , ya lo creo. Saludos Javier.

Ligia dijo...

A veces suceden cosas inesperadas. Lo bueno es que supiste resolverlo y al final ella lo pasó bien. Un abrazo

lágrima de esperanza dijo...

Por supuesto que no se olvida algo así Luz, tiene que ser una experiencia maravillosa,cada uno de un lugar diferente pero como dices tú,todos compartiendo algo común. A pesar de todo,seguro que la enfermita tampoco olvidará los buenos momentos.Un beso

Catalina Gracia Saavedra dijo...

Sí Livaex, se resolvió, y aún consiguió pasarlo muy bien.
Eso fue de lo mejor de todo ésto, sino lo que más. La plena unión entre todos, fue magnífico sin duda, Lágrima.
Besos a ambas

Anónimo dijo...

Según lo he ido leyendo ha ido aumentando el climax sentimental ¡qué intenso intercambio de emociones! ¡cuántas sorpresas! ¡cuántas personitas desconocidas que en tan corto espacio de tiempo somos capaces de recordarlas para siempre!.... Sinceramente me he sentido identificada contigo y con estos chicos porque también como profesora y como estudiante en el pasado me tocó vivir experiencias de este estilo y todavía las recuerdo con emoción.
Besos multicolores.

Catalina Gracia Saavedra dijo...

Ah, claro , Milagros. Normal, lo habrás vivido mil veces, así que entiendes de maravilla, lo que intento transmitir. Gran experiencia, desde luego. Un abrazo.