En la capital y pedanías ,cómo en alguna otra zona de la Región igualmente, se mantiene una tradición que ha podido con prohibiciones obispales no entendidas ni acatadas por descontado.
Los nazarenos, tanto los estantes que llevan los pasos cómo los penitentes, llevan escondidos entre sus túnicas caramelos que reparten continua y abundantemente a quienes contemplan el paso de la procesión. Los niños esperan ansiosos esta entrega, portan bolsas preparadas para recogerlos y se dirigen extendiendo su pequeña mano sin problema alguno a quienes tanto le van a alegrar dándoles estos pequeños obsequios. Se acompañan a veces también de otras detalles cómo monas ,(bollos), con o sin huevo duro; también recuerdos de la imagen que porta o acompaña el nazareno tal cómo estampitas o incluso algún pequeño obsequio relacionado, en plata.
La tradición es muy antigua, y en su momento, se daban incluso habas, para ayudar a aguantar el hambre a quienes esperaban. Se permitió el uso de los caramelos ya que no rompían ningún tipo de las prohibiciones en cuánto a los ayunos o lo que podía comerse, en estos días de Semana Santa. Se entregan de muchas clases, aunque los más reconocidos son unas pastillas, que a veces tienen un gran tamaño, con una leyenda, un poema, referido a cualquier imagen de las procesionadas en Viernes Santo, las del maestro Salzillo.
Cuándo he salido en alguna ocasión de nazareno he podido comprobar cómo ansían los niños , estos caramelos, cómo agradecen con una sonrisa el regalo. Pero no sólo ellos, cualquiera que recibe ésto de un nazareno, con o sin la cara tapada con el capuz, muestra su agradecimiento. Aunque, lo que jamás olvidaré , son las caras perplejas de aquellos mayores, de los ancianos sobre todo, cuándo una mano enguantada de alguien a quién no pueden ver más que sus ojos apenas, la alarga hacia ellos para entregar un puñado de caramelos. Aunque, lo que no saben ellos es que el regalo lo recibe el nazareno, al ver esa expresión y notar su gran sorpresa y agradecimiento, y, que esa persona que rápidamente sigue su paso, lleva esos ojos apenas visibles cargados de intensa emoción.
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